Cáncer: conocimientos actuales y tratamientos


Cáncer: ¿Qué es el cáncer? ¿Tiene cura el cáncer?


Cáncer imagen de microscopio, célula cancerosa


El cáncer es una enfermedad metabólica de origen genético, la cual puede ser estimulada (su surgimiento) por factores externos (sustancias conocidas como cancerígenos -carcinógeno-). Aquello en consonancia a la literatura médica actual, a partir de los estudios realizados sobre esta enfermedad.

Este no es un artículo médico, tampoco académico. Es un artículo que intenta explicar de forma breve y comprensible lo que es el cáncer y aportar al lector planteamientos sobre cosas fáciles (especialmente novedosas) que se pudieran hacer para enfrentar mejor la enfermedad, o evitarla. Todo ello con base en la literatura médica actual, investigaciones y estudios (medicina occidental) sobre el cáncer.

Por tanto, este simplemente sería un artículo informativo y no pretende ser un reemplazo de la parte médica. (Al médico especialista en cáncer se le llama oncólogo).



Índice:


¿Qué es el cáncer?

Cáncer a nivel biológico (metabólico y genético)

El cáncer es una enfermedad a nivel de las células del cuerpo. Las células del cuerpo se rigen por patrones de alimentación, reproducción y envejecimiento, que son controlados por los genes.

Las células cancerosas tienen modificaciones genéticas (mutaciones) que las llevan a no seguir esos patrones. Las células cancerosas son células del propio cuerpo, pero que mutan.

Dichas mutaciones permiten al cáncer tener procesos metabolicos diferentes a los de las otras células del cuerpo. Entre esas diferencias se encuentra la glucólisis anaeróbica como principal fuente de energía, gasto energético mayor y un metabolismo más acelerado (por tanto un metabolismo aumentado).

En muchas células cancerosas se obtiene ATP (Adenosín trifostao o trifosfato de adenosín) mediante glucólisis anaeróbica en lugar de la fosforilación oxidativa.

Además, las células del cáncer apuntan a ser más eficientes obteniendo energía (no así administrándola) y realizando la síntesis de proteínas, que las otras células del cuerpo.

La síntesis de proteínas es un proceso que permite a las células del cuerpo, incluyendo al cáncer, dividirse (algo como reproducirse) y crecer. En las células del cáncer, parece que este proceso se da de una forma mucho más rápida y sostenida que en otras células.

Eso permite que las células del cáncer tengan mayor capacidad para propagarse, o reproducirse, que las otras células, además de crecimiento. 

Las células normales reciben señales que les indican cuándo deben morir y dejar de reproducirse, pero estas señales son nulas en las células cancerosas. Además, las células normales reciben señales que les indican cuándo se deben formar, en cambio, las células cancerosas no requieren de estas señales para formarse.

Por otro lado, las células normales casi no se mueven dentro del cuerpo, ni tampoco invaden otras células del cuerpo; por el contrario, las cancerosas se mueven e invaden otras células en el cuerpo.

Algo llamativo, es que algunas de las células cancerosas pueden modificar el sistema circulatorio del cuerpo haciendo que los vasos sanguíneos crezcan en dirección a los tumores, de modo que consiguen un mayor suministro de sangre hacia los tumores que forman, esto les permite obtener más nutrientes y oxígeno. Limitando su disposición al resto de las células del cuerpo.

Sin embargo, también las células cancerosas no son tan dependientes de oxígeno como las otras células que lo requieren para realizar la glucólisis aeróbica (en presencia de oxígeno) y poder generar energía. Las células cancerosas realizan una glucólisis anaeróbica (sin presencia de oxígeno) para generar energía, lo que les permite sobrevivir más fácil que las otras células en ambientes bajos de oxígeno. 

Por otro lado, las células cancerosas pueden esconderse y hasta modificar al sistema inmunitario. De modo que el sistema inmunitario no las destruye e, incluso, en algunos casos termine protegiéndolas como si fueran células normales del cuerpo.

Finalmente, las células del cáncer muestran mejores capacidades adaptativas que las otras células del cuerpo (células normales). Eso permite a las células cancerosas ser cada vez más resistentes a los tratamientos médicos; tratamientos, como la quimioterapia, en los que también muren las células normales.

Influencia del metabolismo de los carbohidratos y proteínas en el cáncer (Glucosa, glutamato, treonina, BCAA y creatina)

Carbohidratos (glucosa)

En cuanto a los carbohidratos, como antes se menciona, las células del cáncer generan energía a partir de un proceso conocido como glucólisis anaeróbica, también conocido en medicina como efecto Warburg.

Este proceso permite a las células del cáncer obtener energía sin necesidad de usar el oxígeno. Esta energía se obtiene a partir de la alimentación mediante los hidratos de carbono (sacarosa, fructuosa, maltosa, lactosa, etc.).

Por tanto, se puede pensar que una disminución en el consumo de hidratos de carbono en los pacientes de cáncer, tal vez pueda limitar el avance de la enfermedad.

La glucólisis anaérobica (el metabolismo de la glucosa) produce lactato (o ácido láctico), lo que fomenta la falta de oxígeno en los tejidos (hipoxia) y el debilitamiento del sistema inmunitario del cuerpo (inmunosupresión). Además, el lactato aumenta la propagación del cáncer (metástasis) y la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis). 

Estos datos, como se puede deducir, indican que el cáncer produce modificaciones fisiológicas que facilitan su supervivencia, pero a su vez complican la supervivencia de las otras células del organismo.

Proteínas (aminoácidos)

En cuanto a las proteínas, estas son protagonistas en la enfermedad. Las proteínas son, al parecer, las armas que usa el cáncer a su favor. Mientras los glúcidos (carbohidratos) son su fuente de energía, las proteínas son sus herramientas de "trabajo" (y también pudiera ser una fuente de energía alternativa).

Por ejemplo, un estudio sobre el cáncer de mama, indica que una proteína identificada como POU1F1 está relacionada con la reprogramación metabólica y progresión del cáncer de mama. Esto porque POU1F1 en su proceso de transcripción modifica el código genético del cáncer, al modificar el fenotipo de las células cancerosas y de los fibroblastos, para promover la proliferación del cáncer.

Sin embargo, las proteínas están compuestas por sustancias de menor tamaño, conocidas como aminoácidos. De modo que, aunque proteínas específicas producidas por las células cancerosas resultan dañinas para el organismo, no todas las proteínas serían dañinas, pero sí lo pudieran ser algunos aminoácidos.

Un estudio identifica al menos cinco aminoácidos como co-ayudadores del cáncer para obtener la energía que necesita. 

Estos aminoácidos serían: el glutamato (no escencial), los BCAAs (aminoácidos de cadena ramificada que incluyen, valina, isoleusina y leusina) y treiona.

Todos estos aminóacios antes mencionados son considerados como esenciales, menos el glutamato.

El glutamato no es esencial porque el cuerpo lo puede producir a partir de la L-glutamina en las mitocondrias de las células durante el metabolismo de la glucosa.

Además, en su forma de glutamato monosódico, se encuentra notablemente presente en la alimentación de muchas personas, pues es uno de los aminoácidos más comunes en la naturaleza y, además, se emplea como aditivo a los alimentos para potenciar el sabor.

Sin embargo, cave mencionar que hasta el momento los estudios no apuntan a que el glutamato monosódico aumente el riesgo de padecer cáncer (aunque sí pudiera provocar otros problemas de salud por su consumo excesivo, como la obesidad, los trastornos del sistema nervioso central, daño hepático y disfunciones reproductivas).

El problema del glutamato monosódico, con respecto al cáncer, radicaría en que le aportaría más energía a las células cancerosas. 

El glutamato no debe ser peligroso para la salud de nadie si se consume de forma natural, sin excesos, pero si se abusa puede afectar la salud tanto de las personas en general, como especialmente de los pacientes de cáncer. Y, quizás, por lo antes mencionado, sea conveniente evitar su consumo si se padece de cáncer.

En el caso de la taurina, los estudios pudieran parecer contradictorios, por un lado plantean que puede tener efectos contra los tumores, pero por otro que pudiera facilitar la progresión de los tumores. En un estudio con ratones, sin embargo, se usaron inyecciones de taurina con los tumores en lugar de una fuente natural y se observó que los tratamientos con inyecciones de taurina en realidad favorecen la progresión de los tumores en organismos biológicos vivos.

Otro aminoácido no esencial que produciría inconvenientes graves en pacientes de cáncer sería la creatina (y pudiera aumentar el riesgo de padecerlo para el resto). Pero esto parece que solo en suplementos (quizás por sus elevadas dosis no naturales).

Un estudio plantea que la creatina sería un promotor de la invasión y metástasis de diversos tipos de cáncer como el cáncer de mama, colorrectal, y de páncreas, e incluso leucemia. Sin embargo, el mismo estudio también plantea que hay algunos efectos antitumorales en la creatina. 

Aunque parezca contradictorio, otro estudio plantea que la suplementación con creatina protege a la células tumorales del estrés inducido por la hipoxia y, por ende, ayuda al cáncer a progresar. 

La creatina en suplementos no solo sería una fuente de energía para las céluclas sanas, sino que pudiera serlo aún más para las cancerígenas. 

Finalmente, cuando distinguimos entre creatina dietetica (presente en los alimentos de forma natural, como carnes y leche) se encontró en otro estudio que, por el contrario a los suplementos, el efecto de consumir creatina natural de los alimentos en la dieta sería antitumoral y anticancerígeno. Lo que explicaría las aparentes contradicciones sobre los efectos de este aminoácido ante el cáncer.

Dieta y cáncer

Una vez leídos los datos anteriores, pudiéramos concluir que: las dietas altas en proteínas no son convenientes para los pacientes de cáncer, pero tampoco las altas en carbohidratos.

Ese panorama nos pudiera conducir a considerar las dietas altas en grasas y fibras como la mejor alternativa para un enfermo de cáncer. Pero, esto no significa que estas dietas deban ser muy altas en grasas y fibras y/o muy bajas (o nulas) en proteínas y carbohidratos.

Quizás una proporción pudiera ser: 45% de grasas, 20% de proteínas, 17% de carbohidratos y 18% fibra.

En estado natural el glutamato se puede encontrar en alimentos ricos en proteínas, como carnes en general. Se consideran los alimentos ricos en proteínas como la mayor fuente de glutamato (en su mayoría la leche y los productos lácteos, carnes y algunos cereales). Pero el glutamato también puede encontrarse en vegetales, especialmente en los tomates y el maíz, y también en los hongos y las algas.

Una dieta alta en grasas solo sería como un planteamiento hipotético, en ninguna forma se plantea como un mecanismo probado para co-ayudar al tratamiento del cáncer.

Además, las personas que no tienen cáncer les es recomendable seguir dietas consideradas como saludables (las dietas hiperlipídica, o altas en grasas, no se consideran como dietas saludables).

El consumo elevado de grasas también puede aumentar el riesgo de padecer cáncer, además de otras enfermedades cardiometabólicas como la hipertensión.

El consumo aumentado de grasas y fibra, pudiera ser complicado desde el punto de vista psicológico. Esta dieta pudiera no ser la más apetitosa, además de traer como resultado un posible aumento en la cantidad de excreciones diarias, otros malestares y, especialmente al comienzo de la dieta, falta de energía.

En contraste, las dietas recomendables para prevenir el cáncer (y otras enfermedades) son bajas en grasas. Pero, similares en que son altas en fibra y no son altas en proteínas de origen animal.

¿Hay estudios sobre el uso de dietas altas en grasas en pacientes de cáncer?

Sí, los hay. 

Uno de los diversos estudios sobre este tema se basó en la utilización de la dieta keto (dieta cetogénica) en pacientes de cáncer, con un enfoque alto en grasas, bajo en hidratos de carbono y con cantidades adecuadas de proteíanas.

El estudio concluye que la dieta keto en pacientes de cáncer tiene una baja toxicidad y a su vez exhibe efectos anticancerígenos. En conclusión, los datos clínicos y preclínicos usados en este estudio, concluyen que la dieta keto es efectiva como terapia preventiva que ayuda contra el cáncer.

Esta dieta no cura el cáncer por si sola, pero probablemente va a ayudar contra la enfermedad, por lo que se tiene que seguir con los tratamientos médicos convencionales como la quimioterapia o la radioterapia.

La forma en que una dieta alta en grasas es útil contra el cáncer, parece ser que es porque le dificulta a las células del cáncer obtener energía, pues, como antes se mencionó, dependen principalmente de los carbohidratos para poder tener energía.

Sin embargo, las células del cáncer también recurren a algunos aminoácidos para obtener energía, por ello, quizás también convenga reducir el consumo de proteínas, en especial de aquellas ricas en dichos aminoácidos.

Como antes se menciona, esta dieta solamente se aplicaría en pacientes de cáncer, no así en individuos sanos.

Además, no es algo que esté probado, faltan estudios al respecto. Es una medida que el equipo médico del paciente debería decidir emplear, o no. No se recomienda implementarla sin la aprobación o supervisión médica.

Fibra y alimentos ricos en carbohidratos saludables (alimentos de origen vegetal)

Las recomendaciones dietéticas en materia de la prevención del cáncer son notablemente diferentes a las planteadas anteriormente (a la dieta para pacientes de cáncer).

Sin embargo, una cosa que pude ser útil tanto para pacientes de cáncer como para aquellos que quieren reducir el riesgo de padecer esta enfermedad, es comer fibra y algunos alimentos de origen vegetal.

La fibra pudiera proteger contra el cáncer colorrectal, pero también pudiera ser efectiva para aumentar la sensación de saciedad en una dieta baja en proteína. Además, la fibra pudiera ayudar a aumentar las excreciones y así reducir la toxicidad del cuerpo.

Además, los alimentos de origen vegetal suelen contener sustancias que no se encuentran en otros alimentos, como los polifenoles. A los polifenoles se les ha vinculado con beneficios para la salud, entre ellos la prevención del cáncer, pero también hay al menos un estudio que encuentra beneficios en los polifenoles para tratar el cáncer, pues pudieran ayudar a evitar la resistencia a los fármacos contra el cáncer.

Pero, buscando una dieta baja en carbohidratos para los pacientes de cáncer, parece que lo conveniente sería consumir los polifenoles de extractos pues los alimentos que los contienen pueden contener también mucho carbohidrato. Aunque, polifenoles como el resverastrol, mencionado en el estudio anterior, se puede obtener consumiendo un poco de vino al día.

Por su parte, la curcumina se encuentra en la cúrcuma, pero esta tiene mucho carbohidrato, sin embargo, también se pudieran ingerir pequeñas cantidades de ella.

Mientras que la piel de manzana pudiera aportar una interesante cantidad de flavonoides y fibras, aunque trazas de galato de epilocatequina. Pero quizás una mejor opción sean las cebollas debido al flavonoide llamado quercitina.

Los flavonoides también son sustancias, como los polifenoles, que se encuentran en pequeñas cantidades en las plantas.

Diversos estudios sobre los flavonoides y el cáncer, apuntan a que estos como los polifenoles son eficaces contra la enfermedad. Un estudio apunta a la combinación de polifenoles con flavonoides para el tratamiento de diversos tipos de cáncer.

Sin embargo, también parece que se necesitaría recurrir a extractos para poder ingerir cantidades suficientes como para que resulten en una terapia efectiva contra el cáncer. 

Dieta y cáncer: Resumen

Una dieta baja en carbohidratos y proteínas pudiera ser lo más conveniente para los pacientes de cáncer (no así para individuos que no tienen esta enfermedad). Pero, este enfoque dietético lleva a un mayor consumo de grasas.

Aunque, la realidad, es que en la actualidad hacen falta estudios para que los médicos puedan determinar la conveniencia de este enfoque dietético en el tratamiento contra el cáncer.

Sin embargo, se plantea buscando una alternativa posible, no descartada, para el tratamiento del cáncer.

Una opción en el caso de las grasas, serían los aceites en frío, lo menos refinado posibles. Sin embargo, la mejor opción parece ser el aceite de oliva extra virgen. De modo que estas sustancias grasas ayuden a mantener una ingesta adecuada de calorías y permitan mantener una sensación positiva de energía en el cuerpo.

El aceite de oliva, en cantidades más reducidas, puede ser útil también para personas que no tengan cáncer, pues se considera que reduce el riesgo de varios tipos de cáncer.

Ensaladas vegetales, aunque no aporten grasas, pudieran ser útiles para nutrir el cuerpo y a la vez consumir pocos carbohidatos y proteínas. Esto evitando el tomate y el maíz, por su elevado contenido de glutamato.

 Alimentos vegetales como las lechugas, el apio, las espinacas, los espárragos, el calabacín, los pepinos y el chayote, aportan diversos nutrientes al cuerpo y pocos carbohidratos y proteínas.

Pero hay otros alimentos que, aunque aportan algo más de carbohidratos, también pudieran considerarse como bajos en hidratos de carbono (aunque habría que consumir con más moderación): el aguacate, las aceitunas, las cebollas, los pimientos, la coliflor, las judías, la remolacha, la zanahoria.

Estos son algunos ejemplos, si quieres comprobar cuánto carbohidrato, proteínas y otros nutrientes tiene cada alimento: Buscador académico. (Coloca nutrition facts luego de cada palabra. Se recomienda buscar en inglés).

En cuanto a alimentos de origen animal, una opción a consumir con moderación sería el huevo. Moderación pudiera ser unos 2 huevos por día. También pollo, pero en poca cantidad y menos aún carne de res. Y evitar la leche y otros productos lácteos.

El pescado quizás no sea lo más recomendable, pues su grasa es poliinsaturada, un tipo de grasa que aumentaría el riesgo de padecer cáncer. La grasa poliinsaturada pudiera ser beneficiosa para la salud cardiovascular, pero pudiera ser riesgosa si se consume en exceso para el cáncer (esto incluye omega 3 y omega 6 de origen animal, principalmente, como carne de pescado y cerdo). Estos alimentos se pudieran consumir, pero con mayor moderación, pues el riesgo para el cáncer estaría en un consumo alto de grasas poliinsaturadas.

Los pacientes de cáncer tendrían un riesgo aumentado de tener otros tipos de cáncer, e incluso aquellos que se han recuperada pudieran tener un riesgo aumentado de recaídas si consumen más grasas poliinsaturadas, según parece.

Aunque quizás no haya que explicarlo, recuerda que estas son recomendaciones basadas en estudios e investigaciones que no pretenden reemplazar al tratamiento médico. Cada cáncer es diferente, y las personas pueden tener diversas situaciones (otras enfermedades además del cáncer, por ejemplo), por lo que lo recomendable suele ser la supervisión del médico para realizar cambios en la dieta.

¿Cómo se trata el cáncer?

Antes que tratar el cáncer, lo primero parece ser evitarlo. Existen diversas formas en que podemos prevenir el cáncer reduciendo el riesgo de padecerlo.

La prevención es la mejor manera de enfrentar el cáncer y esto se puede conseguir evitando o reduciendo el consumo de las sustancias cancerígenas como (por ejemplo): el cigarrillo, el alcohol en exceso, los embutidos y otros alimentos procesados, las carnes rojas, las infecciones por contacto con fluidos (sangre o saliva), el consumo de alimentos sin cocinar correctamente; y también se recomienda: consumir más frutas, verduras y granos enteros.

Esos serían algunos ejemplos de medidas para evitar el cáncer.

Sin embargo, en cuanto a tratamiento del cáncer, la mejor medida contra el cáncer que plantean los conocimientos médicos actuales sería la detección temprana.

La detección temprana permite a los médicos y al paciente poder enfrentar al cáncer cuando este aún no es tan fuerte. De modo que aumenta notablemente la probabilidad de superar la enfermedad en comparación con una detección tardía.

Dentro de los tratamientos que regularmente se emplean, se encuentran: la cirugía con quimioterapia o radioterapia. Pero también se pudieran aplicar otros tratamientos como la inmunoterapia, la terapia dirigida o la terapia con hormonas.

Un paciente de cáncer puede recibir varios de estos tratamientos en lugar de solo uno.

En algunos países, como Estados Unidos, los pacientes tienen la opción de participar en estudios clínicos donde se experimenta con humanos sobre nuevos métodos contra el cáncer.

Otros tratamientos contra el cáncer

En este apartado no hablaremos de medicina alternativa, sino de tratamientos innovadores contra el cáncer basados en los conocimientos actuales de la medicina occidental.

Uno de esos tratamientos se enfoca en las bacterias. 

Por un lado, hay estudios recientes que indican que hay bacterias que benefician al cáncer, pues esta esta microbiota (comunidad de bacterias) ayudaría al cáncer a proliferar en el cuerpo y a ser más resistente a los tratamientos, entre otras cosas, lo cual complicaría notablemente la capacidad de supervivencia del enfermo de cáncer.

Esta información parece plantear un enfoque novedoso para el tratamiento del cáncer empleando antibióticos específicos para combatir a las bacterias dañinas que cooperan con el cáncer. Aunque en la quimioterapia (tratamiento convencional contra el cáncer) se emplean los llamados antibióticos antitumorales, estos van dirigidos a las células cancerosas y no a las bacterias.

Sin embargo, no todas las bacterias son dañinas para el cuerpo humano, de hecho el cuerpo se puede beneficiar de ellas para mantenerse saludable, y en el caso del cáncer no sería la excepción. Hay estudios recientes donde se usan bacterias y virus como tratamientos para el cáncer.

En el caso de los virus, se han observado resultados considerados por los expertos como prometedores. Estos virus, llamados virus oncológicos, atacan a las células cancerosas.

Por su parte, el tratamiento contra el cáncer con bacterias, parece menos efectivo en la actualidad, pero los investigadores esperan que pueda ser tanto o más efectivos que otros tratamientos.

Se puede mencionar también, que se estima que un alto porcentaje de los cáncer son provocados por virus, bacterias y parásitos.

La mayoría de los virus, bacterias y parásitos que causan cáncer se transmiten por contacto con fluidos corporales (sangre o saliva, principalmente) de los infectados, o por ingestión (agua principalmente). Siendo estas infecciones, un número considerable de ellas, relacionadas con el contacto sexual.

Conclusión: Cáncer

El cáncer es una enfermedad de origen genético, pero estimulada por factores no genéticos que afectan a las células del cuerpo, las cuales mutan y se convierten en cáncer.

Como enfermedad, al cáncer se le pudiera catalogar como una enfermedad metabólica (afecta al metabolismo), aunque su origen sea genético.

Dentro del aspecto metabólico, el cáncer se vale de glúcidos y aminoácidos para generar energía, aportados estos a la dieta por carbohidratos y proteínas. Esto pudiera explicar por qué se ha observado en estudios, que enfoques dietéticas bajos en carbohidratos y altos en grasas, como la dieta keto, ayudan a los pacientes de cáncer, junto con el tratamiento.

Ello, sumado a avances en cuanto al metabolismo del cáncer, plantean un panorama donde se pudieran utilizar fármacos específicos, como antibióticos empleados contra las bacterias que benefician al cáncer, a su vez que se pueden usar virus y bacterias que lo combaten.

Bajo este panorama, sin poder ser preciso, se pudiera plantear la idea de que dentro de unos cuantos años (no muchos) pudiera estar la humanidad más cerca de la cura para muchos tipos de cáncer considerados antes incurables o, por lo menos, una notable reducción del número de muertes por la enfermedad.

Finalmente, siguen siendo la prevención y la detección temprana las principales medidas contra la enfermedad (especialmente la primera).

Recuerda, la información aquí vertida no pretende reemplazar al médico.